El Parque Nacional Kilimanjaro, es uno de los símbolos de África.
Por su majestuosidad, por su luz, sus nieves eternas, el misterio y la paz que emana. Por todo ello es por lo que puede considerarse un parque de paisaje más que de fauna.
Su nombre podría significar Montaña de Luz, o Montaña de la Grandeza pero lo que si que es cierto, que es el “techo de África”.
El Kilimanjaro es el pico más alto en el continente africano y su cumbre llega a los imperiosos 5.895 metros (19.336 pies).
Además es una de las cimas más accesible del mundo, lo cual le convierte en un reclamo para muchos de sus visitantes.
Ascender al macizo volcánico más alto de África, el Kilimanjaro, compuesto por tres volcanes apagados, el Kibo con 5.895 metros de altura, el Mawenzi con 5.149 m. y el Shira de 3.962 m. no es complicado aunque hay que tomar algunas precauciones.
El recorrido suele durar entre 5 y 7 días y es conveniente no hacerlo en los meses de abril y mayo ya que las lluvias convierten los caminos en barrizales por lo que es muy difícil avanzar.
Existen varias rutas hasta el Kibo cráter a 5.895 m. Las más populares son la ruta Machame y la ruta Marangu, esta última más fácil que la anterior.
El Parque Nacional del Kilimanjaro va elevándose progresivamente desde las cultivadas laderas inferiores, pasando por el exuberante bosque montañés habitado por elefantes, leopardos, búfalos, antílopes y otros primates. Después encontramos una zona de páramos donde podemos admirar una manta de brezo gigante manchada por impresionantes lobelias. Por encima de los 4000 m. llegamos a un desierto alpino con pequeños rastros de musgo y liquen. Finalmente llegamos a la cima cubierta de nieves perpetuas.
Los animales más representativos son los elefantes, los búfalos, los elands, los duiqueros y los colobos aunque los verdaderos reyes son los invertebrados.
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